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VÈNGASE PÀ ESTE LADO,ACOMÒDESE EN LA MECEDORA Y DISFRUTE DE ESTA SECCIÒN.....(LOS DIFERENTES ARTÌCULOS CORREN POR NUESTRA CUENTA SIN DISTINGUIR A QUIEN PERTENEZCAN..)


Las Abuelas recuperaron al nieto 90


Las Abuelas de Plaza de Mayo lograron restituir la identidad de Laura Ruiz Dameri, hija de desaparecidos durante la última dictadura militar. La mujer se convirtió en la nieta recuperada número 90.

La información fue confirmada a LANACION.com por fuentes de la Asociación que precisaron que la joven es hija de Silvia Dameri y Orlando Ruiz, ambos desaparecidos, y que había sido apropiada por el ex prefecto Antonio Azic.

 

El militar, detenido en una causa por robo de bebes que lleva adelante la jueza federal María Servini de Cubría, es también quien había anotado como hija propia a Victoria Donda, otra hija de de desaparecidos que ahora es diputada nacional por el kirchnerismo.

 

Historia. Los padres de la joven se habían exiliado en Suiza en 1977 junto con su hijo Marcelo, y allí a su segunda hija María de las Victorias. Tres años después, la familia volvió al país y fue secuestrada.

 

En el momento de ser capturada, la madre de Laura estaba embarazada entonces de cinco meses y dio a luz a Laura en la maternidad que funcionaba en el centro clandestino de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

 

En 1990, Marcelo, el hijo mayor de la pareja, fue localizado en Córdoba por las Abuelas Plaza y vivía desde los cuatro años con una pareja que lo había criado sin saber su origen.

 

Diez años después también fue ubicada María de las Victorias, quien, como su hermano, había crecido con un matrimonio ajeno a las Fuerzas Armadas, desde los dos años, precisaron desde el organismo.

MEJOR QUE DECIR ES HACER, MEJOR QUE PROMETER ES REALIZAR
LA UNICA VERDAD ES LA REALIDAD
PARA UN PERONISTA NO HAY NADA MEJOR QUE OTRO PERONISTA
CON LOS DIRIGENTES A LA CABEZA O CON LA CABEZA DE LOS DRIGENTES
AL ENEMIGO, NI JUSTICIA
EL AÑO 2000 NOS ENCONTRARA UNIDOS O DOMINADOS
Varias frases dichas por Juan Domingo Perón entre 1945 y 1955.

YO ME BORRO…
Declaración hecha por el dirigente sindical Casildo Herreras en marzo de 1976, en ocasión del golpe de Estado que derrocó a la presidente María Estela Martínez de Perón.

EL QUE APUESTA AL DOLAR, PIERDE
Advertencia lanzada en 1981 por el ministro de Economía Lorenzo Sigaut. Al poco tiempo, el gobierno devaluó el peso con respecto del dólar y el que apostó al dólar, ganó

SI QUIEREN VENIR QUE VENGAN. YO NO LE TENGO MIEDO AL PRINCIPITO ESE…
Bravuconada formulada por el presidente Leopoldo Galtieri en 1982, durante la guerra de las Malvinas. El principito aludido era Andrés, hijo de la reina Isabel II, que integraba las fuerzas inglesas. El final de la historia es conocido por todos.
Vinieron

UN MEDICO POR AHI…
Dicho muchas veces por el candidato a la presidencia Raúl Alfonsín durante los discursos en los actos públicos y luego copiado por todos los candidatos. Era un pedido para que atendieran a algún seguidor que se había desmayado por los apretujamientos. Tenía un doble efecto: mostraba que el candidato era una persona sensible y demostraba que había mucha gente escuchándolo.

CON LA DEMOCRACIA SE VIVE, SE COME, SE EDUCA…..
Promesa electoral formulada en 1983 por el entonces candidato a la presidencia Raúl Alfonsín.

ESTA FUE LA MANO DE DIOS….
Dicho por Diego Maradona, luego de haber convertido un gol con la mano, a Inglaterra, en cuartos de finales del Mundial 1986

FELICES PASCUAS, LA CASA ESTA EN ORDEN
Saludo dirigido a la multitud por el presidente Raúl Alfonsín en Semana Santa de 1987 con motivo de un alzamiento militar de “carapintadas”. Al poco tiempo, iba a ceder ante las demandas de los sediciosos, con la ley de la “obediencia debida”.

A VOS NO TE VA TAN MAL, GORDITO…
Réplica formulada por el presidente Raúl Alfonsín en un acto público frente a un grupo de militantes de izquierda que lo estaban hostigando. Uno de ellos era un tanto obeso.

LES HABLE CON EL CORAZON Y ME CONTESTARON CON EL BOLSILLO
Dicho por el ministro de Economía Juan Carlos Pugliese en 1989, en medio de una gran crisis financiera, luego de un discurso que intentó frenar en vano la corrida cambiaria-bancaria.

ESTAMOS MAL PERO VAMOS BIEN…..
Justificación esgrimida por varios dirigentes oficialistas en las dos últimas administraciones

SIGANME, QUE NO LOS VOY A DEFRAUDAR…
Promesa electoral efectuada en 1989 por el entonces candidato a la presidencia Carlos Menem

EN MIL DIAS VAMOS A PODER TOMAR AGUA DEL RIACHUELO
Promesa efectuada en 1990 por la Secretaria de Medio Ambiente María Julia Alsogaray, anunciando un programa para descontaminar el “Riachuelo”. En el año 2000, el mismo continúa tan contaminado como antes, y la funcionaria continuó en el cargo hasta que el presidente Menem terminó su mandato.

NO IMPORTA DE DONDE VENGAN LOS CAPITALES, LO QUE IMPORTA ES QUE VENGAN
Frase del funcionario menemista Alberto Kohan, durante 1991.

ME CORTARON LAS PIERNAS….
Lamento proferido por Diego Maradona en 1994, cuando fue sancionado por consumo de sustancias prohibidas, durante la Copa Mundial de Fútbol en USA

EN ESTE PAIS, TENEMOS QUE DEJAR DE ROBAR POR DOS AÑOS
Confesión efectuada por el dirigente menemista Luis Barrionuevo en 1996, frente a evidentes hechos de corrupción.

LA PELOTA NO DOBLA…
Excusa esgrimida por Daniel Passarela, entrenador del seleccionado argentino de fútbol, en 1997 luego de una derrota en Ecuador. La frase alude a que la altitud de 2,800 mts. sobre el nivel del mar, impidió que el balón desarrollara la habitual trayectoria curva en el aire, llamada “comba”

PERDON, ME EQUIVOQUE DE DISCURSO…..
Confesión efectuada por el presidente Menem, en 1997, en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, despues de haber leído diez minutos de un discurso equivocado.

DICEN QUE SOY ABURRIDO…
Frase dicha durante la campaña presidencial de 1999 por el entonces candidato Fernando De la Rúa, burlándose de quienes lo acusaban de ser aburrido. Lamentablemente, su gobierno, tuvo de todo, menos aburrimiento para los argentinos.

NO ME LLAMARON POR MI PRONTUARIO, SINO POR MI CAPACIDAD…
Irónica y burlona frase dicha al asumir por Carlos Grosso como asesor del efímero presidente Rodríguez Sa, en diciembre de 2001. El autor de esta frase fue encontrado culpable de numerosos actos de corrupción cuando fue intendente de la Ciudad de Buenos Aires, durante la presidencia de Carlos Menem. Fue expulsado de su cargo a los dos días gracias a un “cacerolazo”

EL QUE DEPOSITO DOLARES, RECIBIRA DOLARES….
Frase dicha al asumir como presidente por Eduardo Duhalde, en enero de 2002. Sin comentarios……….

LA ARGENTINA ES UN PAIS CONDENADO AL EXITO….
Frase dicha por el ex presidente Eduardo Duhalde, en marzo de 2002.

SI EL F.M.I. NO NOS APRUEBA EL PRESTAMO, QUE SEA LO QUE DIOS QUIERA….
Frase dicha por el ex presidente Eduardo Duhalde, en abril de 2002.

Murió el folclorista Adolfo Ábalos

  
Se fue un gran representante de la cultura nacional

Luego de padecer una larga enfermedad, el reconocido artista falleció este lunes en una clínica de Buenos Aires. El deceso fue dado a conocer por “Vitillo” Ábalos, hermano de Adolfo y último integrante con vida del renombrado conjunto Los Hermanos Ábalos.


Adolfo Ábalos era considerado uno de los pianistas más notables del país
El reconocido artista y folclorista falleció en la mañana de este lunes, minutos antes de las 11 horas. Estaba internado hace días por problemas derivados de una larga enfermedad.

Adolfo Ábalos nació el 14 de agosto de 1914 en Buenos Aires. Era pianista y compositor folclórico, figura fundamental en lo que a interpretación pianística del folclore argentino se refiere.

Fue un artista con una trayectoria muy extensa, con incontables actuaciones como solista y como integrante del grupo Los Hermanos Ábalos. Fue coautor de Nuestras danzas, uno de los libros fundamentales del género.

Junto a sus hermanos fue coautor de numerosas obras que forman parte del repertorio obligado de los artistas de más renombre en Argentina.

En 2005, Adolfo recibió el Diploma al Mérito de la fundación Konex como “solista masculino de folklore”.

Posteriormente, fue nombrado “Ciudadano ilustre de la ciudad de Mar del Plata”.

Su primer trabajo discográfico solista, El piano, fue distinguido con el Premio Trimarg 2000 de la Unesco. 

TUVE LA SUERTE DE SER COMPAÑERO DE MARINA Y CONOCI A DON ADOLFO,UNA PERSONA CON UN CARISMA Y HUMILDAD HERMOSAS,TENGO GRABADO COMO SE SENTABA A SU PIANO Y NOS TOCABA LA MUSICA QUE A EL TAMBIEN LE GUSTABA,Y NO ERA FOLCLORE SINO JAZZ,ALGO QUE ME SORPRENDIO,DESDE ESTE HUMILDE LUGARCITO UN SALUDO A UNO DE LOS GRANDES EN SERIO,SU MUSICA SIEMPRE CON NOSOTROS. 

La revolución de Valle

El 12 de junio de 1956, en la antigua penitenciaría de la calle Las Heras, fue fusilado el general Juan José Valle, líder del frustrado levantamiento cívico-militar del 9 de junio contra el gobierno del general Pedro Eugenio Aramburu. Aramburu había asumido el gobierno de facto tras la autodenominada “Revolución Libertadora”, que derrocó a Juan Domingo Perón en septiembre de 1955. Durante su gobierno se intervino la CGT, se persiguió a la clase dirigente peronista, y hasta se prohibió todo tipo de mención de términos o frases vinculadas al peronismo. En la noche del 9 de junio el general Juan José Valle encabezó una asonada con focos aislados en Buenos Aires, La Plata y La Pampa. El intento concluyó al cabo de unas pocas horas. Tres días más tarde, el 12 de junio de 1956, el general Valle fue fusilado. La represión del costó la vida de más de veinte personas, militares y civiles.

A continuación reproducimos un fragmento del libro Operación Masacre, escrito por Rodolfo Walsh en 1957, luego de una exhaustiva investigación realizada en plena dictadura. Según cuenta el periodista en el prólogo: “Durante casi un año no pensaré en otra cosa, abandonaré mi casa y mi traba­jo, me llamaré Francisco Freyre, tendré una cédula falsa con ese nombre, un amigo me prestará una casa en el Tigre, du­rante dos meses viviré en un helado rancho de Merlo, lleva­ré conmigo un revólver, y a cada momento las figuras del drama volverán obsesivamente”.

Fuente: WALSH, Rodolfo, Operación Masacre, Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 2000.

En junio de 1956, el peronismo derrocado nueve meses antes realizó su primera tentativa seria de retomar el poder mediante un estallido de base militar con algún apoyo civil activo.

La proclama firmada por los generales Valle y Tanco fun­daba el alzamiento en una descripción exacta del estado de cosas. El país, afirmaba, “vive una cruda y despiadada tira­nía”; se persigue, se encarcela, se confina; se excluye de la vida cívica “a la fuerza mayoritaria”; se incurre en “la mons­truosidad totalitaria” del decreto 4161 (que prohibía siquiera mencionar a Perón); se ha abolido la Constitución para liqui­dar el artículo 40 que impedía “la entrega al capitalismo in­ternacional de los servicios públicos y las riquezas natura­les”; se pretende someter por hambre a los obreros a la “voluntad del capitalismo” y “retrotraer el país al más crudo coloniaje, mediante la entrega al capitalismo internacional de los resortes fundamentales de su economía”.

Dicho en 1956, esto era no sólo exacto: era profético. La proclama de Valle estaba singularmente desprovista de hipo­cresía. No contenía la habitual invocación a los valores occi­dentales y cristianos ni los denuestos contra el comunismo, aunque tampoco pasaba por alto el asalto a los sindicatos por “elementos reconocidos como agitadores al servicio de ideo­logías o intereses internacionales”.

Frente a este análisis, la parte programática resultaba ende­ble. Sacrificaba, quizás inevitablemente, el contenido ideológico al impacto emocional. Proponía en suma un retorno crítico al peronismo y a Perón a través de medios transparentes: elec­ciones en un plazo no mayor de 180 días, con participación de todos los partidos. En lo económico el programa contradecía típicamente la crítica previa, al asegurar “plenas garantías pa­ra los capitales foráneos invertidos o a invertirse”, etc.

La proclama ilustraba los dos aspectos que en aquellos tiempos iniciales de la resistencia, caracterizaron al peronismo: una obvia aptitud para percibir los males que sufre en forma directa en cuanto fuerza popular mayoritaria; y una notable ambigüedad para diagnosticar las causas, convertirse en movi­miento revolucionario de fondo y abandonar definitivamente al enemigo las consignas electorales y las bellas palabras.

Por supuesto Valle actuó, y entregó su vida, y eso es mu­cho más que cualquier palabra. La comprensión de su actitud es hoy más fácil que hace diez años; será más fácil aún en el futuro; su figura crecerá justicieramente en la memoria del pueblo, junto con la convicción de que el triunfo de su movi­miento hubiera ahorrado al país la vergonzosa etapa que le siguió, esta segunda década infame que estamos viviendo.

La historia del levantamiento es corta. Entre el comienzo de las operaciones y la reducción del último foco revolucio­nario transcurren menos de doce horas.

En Campo de Mayo los rebeldes encabezados por los co­roneles Cortínez e Ibazeta se han apoderado de la agrupación infantería de la escuela de suboficiales y la agrupación servi­cios de la 1ª división blindada; pero la ocupación de la escue­la de suboficiales fracasa después de un corto tiroteo y el gru­po atacante queda aislado

FUENTE.EL HISTORIADOR.COM

Danza: Festival Nacional de Malambo.
Una fiesta popular con artistas de todo el país El multitudinario encuentro, que terminó ayer, se realiza en Laborde (Córdoba), desde hace 38 años. Participan más de cien malambistas de distintas edades, elegidos entre los mejores de cada provincia.

Emanuel Gonzalo Prato tiene ocho años —aún no terminó de cambiar los dientes de leche— y ya se planta en el escenario con firmeza varonil para acometer diestramente una difícil rutina de malambo. Desde hace dos años ensaya dos horas diarias con el fin de competir en el Festival Nacional de Malambo que se organiza en Laborde, al sudeste de la provincia de Córdoba. La actividad le impone un estricto régimen de comidas, pero a la pregunta de si extraña algunas cosas, responde gravemente: "nada más que los panchos". Más de cien malambistas como Emanuel, de todas las provincias del país y en un amplio arco de edades, se preparan con idéntico esfuerzo para participar de este concurso grandemente respetado por su calidad y su exigencia; las incontables horas de entrenamiento desembocarán en una actuación de no más de tres minutos, frente a la mirada implacable de un jurado muy avezado. El malambo conforma un mundo nada simple y para conocerlo bien hay que venirse hasta Laborde, un pueblo de seis mil habitantes ubicado en lo que se conoce como la pampa gringa. Desde hace treinta y ocho años los labordenses llevan adelante el Festival del Malambo con no menos tesón que entusiasmo y cariño. En la comisión directiva actual figuran un distribuidor mayorista de bebidas, una abogada, un técnico en refrigeración, un médico, un panadero, una contadora pública, una docente jubilada. Ellos, más otros colaboradores igualmente desinteresados, sostienen una organización perfecta en una escala más que considerable. Las seis noches del Festival reúnen cerca de treinta mil personas en el parque del pueblo provisto de un escenario muy amplio, técnicamente impecable. La médula del Festival es el malambo, pero también compiten otros rubros folclóricos—baile de parejas, baile de conjunto, solista instrumental, cuadro costumbrista o histórico, grupo vocal— traídos por las delegaciones de cada provincia y ceñidos también a un reglamento firmemente tradicionalista: ni proyección folclórica ni estilizaciones, ni ropa de fantasía ni instrumentos que no sean los originales. Una excepción son los artistas profesionales contratados (en esta edición participan Jairo y Víctor Heredia, por citar a los más conocidos), pensados para atraer público de pueblos vecinos. En lo que a malambo concierne, se compite en siete categorías —malambo infantil, menor, juvenil, y así hasta veterano— pero sólo los malambistas de entre veinte y cuarenta años pueden aspirar al galardón supremo de Campeón Nacional de Malambo. Todos ellos, desde el gurrumín de seis años hasta el veterano de cincuenta y cinco, surgen de concursos de preselección organizados en sus respectivas provincias. Uno de los tres jueces del certamen es el rionegrino Arnaldo Pérez, que en el 74 y el 75 ganó como malambista en Cosquín y en el 76 fue campeón nacional en Laborde: "Rara vez nombro los premios de Cosquín, porque llegar al galardón mayor en Laborde borra todo. Después del 76 dejé de competir en malambo, pero he vuelto siempre aquí como preparador o jurado, o para concursar en otros rubros."

¿Cambió la fisonomía del concurso en estos treinta años?

Cambió la velocidad de las rutinas. En las primeras épocas se podía zapatear siete, ocho minutos, lo que uno quisiera. Después se estableció una duración, tres minutos como máximo, y así fue acelerándose la velocidad de las mudanzas y los repiques para poder meter más figuras en menos tiempo. Se perdió algo: antes veías un malambista y podías retener figuras para el deleite de la vista; ahora hay tanta rapidez que determinadas cosas, incluso para uno que sabe, no alcanzan a distinguirse. Los muchachos empezaron a entrenarse de un modo casi alarmante; algunos aspirantes a campeones se vienen con personal trainer, saltan la cuerda, levantan pesas, se preparan como para una maratón. Y otro problema: se fue asentando una uniformidad; antes era muy lindo ver la provincianía, un malambista de Santiago del Estero diferente de otro de Jujuy, de otro de Córdoba. ¿La diferencia entre zapateador y malambista? El primero es el que tiene facilidad para copiar mudanzas de otros. El malambista es un creador, un artista, alguien que apenas entra al escenario se sabe que algo va a ocurrir. Conviene aclarar que hay dos estilos de malambo, los dos vigentes: el sureño, que se baila con bota de potro, calzoncillo cribado, chiripá; y el norteño, con botas de cuero y bombachas. El sureño es lento y sobrio, delicado pero viril; el norteño es vigoroso y percusivo. Dice Omar Fiordelmondo, otro de los jurados: "El noventa por ciento de los espectadores prefiere el norteño; el noventa por ciento de los ejecutantes, el sureño. Yo, personalmente, disfruto más del sureño; para hacerlo y para verlo; me da una sensación de hombría que a veces, mirá vos, no encuentro en el norteño. Hay algo importante que nuestro compañero de jurado Héctor Aricó conoce a la perfección: el vestuario. Los muchachos tienen que documentarse. Muchos buenos malambistas han quedado afuera por fallas en el vestuario. Escribimos en sus planillas: muy bien preparados, bien el estilo, representativo del lugar, muy bien las figuras... pero no se vistió de gaucho, se disfrazó de cualquier cosa. Esto último no lo ponemos para no herirlos." Aricó mismo enumera los criterios con que evalúa el jurado: "Hay aspectos técnicos y aspectos subjetivos relacionados con la danza, con la comunicación. En lo que respecta a la cuestión técnica, el malambo es una danza simétrica, así que hay que hacerla de una manera idéntica con la la izquierda y con la derecha en la forma y en la intensidad. No hay que agregar movimientos de brazos, sólo acompañan porque el interés está en las piernas. ¿Qué otras cosas evaluamos?: el desarrollo de la mudanza, su coherencia estética y la expresión. El malambo es una danza concentrada y seria, no confundir con fiereza, con poner cara de ¡¿quién le pegó a mi hermano?!". Las veladas del Festival de Laborde, que reúnen un público cuantioso, tienen una infrecuente tranquilidad. La gente, serena y atenta a lo que ocurre en el escenario, no aúlla, no se emborracha ni aplaude al tuntún. Otro hecho reconfortante, o más bien feliz constatación: arte popular no quiere decir automáticamente —como parece entenderse hoy— arte comercial. El malambo es un arte popular y en ese sentido está asociado a la inventiva, la dedicación, la seriedad, el rigor.

¿Qué hacer en el Buenos Aires de 1810?
 

"En las calles de Buenos Aires no se ven, en las horas de la siesta más que médicos y perros". Así describía a la Gran Aldea un viajero francés. Y es que el pasatiempo preferido de los porteños era dormir la siesta. Tampoco había mucho que hacer. Las actividades principales eran la ganadería y el comercio, que se manejaban con poca mano de obra y una visita cada tanto a los lugares de producción y servicio. Ir de shopping llevaba muy poco tiempo. Bastaba atravesar la Plaza de la Victoria y recorrer la Recova donde estaban los puestos de los "bandoleros", como se llamaba entonces a los merceros frente a una doble fila de negocios de ropa y novedadesEsto daba cierto margen para la vida nocturna que tenía en las tertulias su expresión más elegante. Las casas de las familias más "acomodadas" recibían a viajeros, vecinos y amigos para divertirse y hacer negocios. Las tertulias se prolongaban hasta después de la medianoche entre empanadas, recitales de poesía y música, comentarios políticos y de moda. Una de las más famosas era la que ofrecían frecuentemente los O´Gorman. A Don Tomás O'Gorman y a su esposa Anita Perichon les encantaba recibir a lo más granado de la sociedad, entre ellos al Virrey Cisneros. Un asiduo concurrente a las tertulias, el inglés John Parish Robertson se asombraba de la buena conversación de las porteñas y de la precocidad de las niñas que a los siete años ya bailaban el minué a la perfección. Las tertulias eran además la ocasión indicada, y casi la única, para que las adolescentes encontraran novio. Una vez a la semana "la parte más sana del vecindario", como definía el cabildo a sus miembros, es decir los propietarios porteños, concurría al teatro para asistir a paquetas veladas de opera y a disfrutar de las obras de teatro de Lvardén. Desde que la inaugurara el Virrey Vértiz en 1783, la Casa de Comedias, conocida como el Teatro de la Ranchería, se transformó en el centro de la actividad lírica y teatral de Buenos Aires hasta su incendio en 1792. En 1810 pudo reabrirse el Coliseo Provisional de Comedias dando un nuevo impulso a arte dramático.

Convocaban por igual a ricos y pobres las corridas de toros. En 1791 el virrey Arredondo inauguró la pequeña plaza de toros de Monserrat (ubicada en la actual manzana de 9 de julio y Belgrano) con una capacidad para unas dos mil personas. Pero fue quedando chica, así que fue demolida y se construyó una nueva plaza para 10.000 personas en el Retiro en la que alguna vez supo torear don Juan Lavalle. En su breve paso por Buenos Aires los ingleses habían impuesto el Cricket, un juego muy parecido a la "chueca" deporte preferido de los pampas que se asombraban al ver como los huincas lo practicaban. El pato, las riñas de gallo, las cinchadas y las carreras de caballo eran las diversiones de los suburbios orilleros a las que de tanto en tanto concurrían los habitantes del centro. Allí podían escucharse los "cielitos", que eran verdaderos alegatos cantados sobre la situación política y social de la época. La ruleta y los juegos de azar tenían su sede en la casa de Martín Echarte una especie de casino colonial donde también se jugaba al ajedrez y por supuesto se hablaba de política. Los cafés eran los ámbitos naturales de discusión política y la sede de las distintas facciones que discutían acaloradamente en mayo de 1810. Los más famosos eran el Café de Marco, el de la Victoria, el de los Cartalanes y el de Martín. Todos tenían mesas de billar y amplios patios. A la hora de comer afuera no había mucha variedad. Se podía tomar algo en la Confitería Francesa, pero La fonda de Los Tres Reyes era el único restaurante de Buenos Aires. Su única competencia era la casa de Monsieur Ramón, un auténtico Chef francés que preparaba comidas para llevar a domicilio. Muchas señoras mandaban a sus esclavos a aprender a cocinar con Monsieur Ramón.Con la revolución irán cambiando las costumbres y se producirá una lenta pero firme deshispanización que se verá reflejada en las costumbres, la forma de hablar y la vestimenta. Las mujeres mantendrán la mantilla, el peinetón y el abanico pero irán cada vez más a la francesa. Los hombres, en cambio se visten a la inglesa galera y todo.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar
 

Costumbres de 1830
 

En 1883, la Nueva Revista de Buenos Aires publicó, con el titulo Costumbres porteñas de 1830 a 1840, una carta escrita por el doctor M. Bayo, en la que éste rememoraba los lejanos años de su niñez, transcurridos en tiempos del gobierno de Rosas. Veamos algunos párrafos:

[...] Por la mañana se desayunaba apaciblemente, se almorzaba después, enseguida venia esa pesadilla de los muchachos llamada siesta, y muy buena sin embargo para los viejos, y sobre todo para ayudar a la digestión. Entre los desperezos llegaba el mate, a la hora de la oración se rezaba la oración, a la hora del rosario el rosario, al toque de ánimas las ánimas, a la hora de cenar se cenaba el buen hervido, la sabrosa carbonada, el infalible asado de vaca hecho a la parrilla con ensalada de lechuga, se bebía una taza de leche hervida a la mañana, medio vaso de carlón puro, y después de darse las buenas noches y pedir la bendición, a la cama sin pérdida de tiempo, que se hacia tarde y había que madrugar para barrer los patios que eran como plazas, mandar la morena vieja al mercado, vestir a los muchachos y recoger los huevos del gallinero. [...] Las carretas arrastradas por cuatro y seis bueyes transportaban hasta el último rincón de la República valiosas mercancías [...]. Un chasqui iba a donde se le ordenaba, traía cuantas noticias se le exigía y no dejaba que envidiar al telégrafo de hoy, que maldito que lo hace. Los buques de vela daban su vuelta a Europa al cabo de un año (muy cierto), pero también era un gusto de ver un monstruo de esos preñados como una chancha que al llegar a la orilla vomitaban, sin cesar, hombres, mujeres y niños, rollizos, lozanos y alegres, con cara de pascua los unos y con cara de tontos los demás-A bordo se casaban y daban en matrimonio, crecían y se multiplicában.

Velas de sebo

Sin duda que el sebo no daba una luz tan clara como la del gas, mas esto, iqué era en comparación a las ventajas que ofrecía a la familia aquel sistema de alumbrado? En primer lugar, era más barato, no despedía ese olor nauseabundo del gas, todo el mundo estaba acostumbrado a él, no se le extrañaba ni se precisaba tanta claridad para tomar mate, fumar, hacer calceta, bostezar y jugar los domingos a las damas, la brisca, el tenderete y la pandorga. Sobre todo, el sebo era el botiquín doméstico, la panacea universal, nada resistía a su acción poderosa; los chichones y durezas que nos resultaba de los coscorrones que recibíamos por nuestras travesuras se curaban con sebo, con sal y saliva en ayunas; si uno se encajaba una espina [..,] aplicándole sebo salía de raíz; el pasmo huía con vergonzosa fuga a la presencia del sebo caliente, y el catarro más empecinado iba a parar a la loma del diablo siempre que nos introdujésemos un cabo de vela derretido en agua caliente... ¡Oh tiempos aquellos, mi querido Mariano, en que los negros eran tíos de todos los muchachos! ¡Ay, se fueron para no volver!

Nueva Revista de Buenos Aires, 1883.
 
 
   
 
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